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viernes, 2 de abril de 2021

Gamberros en el autobús

  • Un grupo de deportistas, un poco locos.


Eramos un grupo de jóvenes que nos llevábamos muy muy bien.

Cuando a nuestro equipo le tocaba jugar a domicilio, teníamos que viajar todos juntos en el autobús del club y unas veces lo hacíamos más cerca sin embargo otras viajábamos más lejos. Cuando lo hacíamos cerca era a otro de los pueblos alrededor nuestro es decir a Alcalá de Henares, Coslada o San Fernando.


A todos nosotros que eramos muy jóvenes, nos gustaba mucho reir y pasarlo bien, unas veces nos reíamos de unos y en otras ocasiones de otros. Ese día que hicimos uno de esos viajes no sé si motivados por el enfrentamiento que tocaba jugar pero todos y cada uno estábamos muy nerviosos. Todos los jugadores y jugadoras del equipo estábamos listos para subir al autobús y parte del equipo técnico. Javier Alcalde y Javier Cazális, con los más jóvenes que son Miguel Montero,Jordi Farré, Oscar Luján, David Martin, Ibai y algunos padres de estos se subieron en los asientos de delante junto al conductor, las féminas de este grupo es decir Martina, Cristina, Elena, Carolina y Almudena junto con Sonia en distintos grupos repartidos por el centro del autobús y los gamberros de ese autobús en la parte trasera. Emilio el cual ocupaba dos asientos, Javier Albors aparentemente el más tranquilo; Javier Santamaría era una auténtica pared, ya que todos los golpes que hacías por muy buenos que fuesen, los devolvía; Raul Sánchez nos daba una clase a todos porque era el que mejor posturas ponía; Juan Luján era un guerrero ya que tenía buen saque y volea; Carlos García que era otro luchador pues no daba por perdida ninguna bola; Gonzalo Vega sacaba bien y era otra pared al igual que Marcos Montero porque devolvían todas y cada una de las pelotas de tenis que llegaban a su pista, David Guíñales tenía buena derecha y con el revés se defendía bien como Roberto Pedrosa el cual tenía buen saque y derecha pero tenía el mismo error que yo, la concentración, Sergio Arias jugaba bien y su juego era muy parecido al de Marcos, César era un joven que tenía buen saque y yo, que os voy a contar de mí que tenía un buen saque y derecha potente pero tenía un pequeño fallo, como ya he dicho mi verdadero problema era que me desconcentraba muy fácil porque enseguida que algo no me saliera como quería, empezaba a dar palos al aire y a gritar.

En el transcurso de este viaje ocurrieron muchas cosas, no tardamos mucho pero tiempo suficiente para que nos hiciéramos putaditas, unos a otros.

Recuerdo una situación, en la que en el regreso de uno de nuestros maravillosos enfrentamientos con uno de los clubes de nuestra liga lo escondimos una zapatilla a un jugador de nuestro equipo, mientras jugaban el resto de los jugadores de nuestro equipo, del C.D. Parque de Cataluña y él estuvo buscando la zapatilla como un loco cuando por fin, poco antes de que jugase su partido lo entregamos la zapatilla y el mosqueó que se cogió Cazalis que nos dijo que eso no se podía hacer, no es nada comparado con el enfado del capitán porque Alcalde es muy buena persona pero cuando se enfada, cosa complicada, es de armas tomar.


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