Carlos García Cortázar

Teto y yo mismo
Daganzo-2004
Miguel - sonrisa asegurada,
solo con su presencia
María-la dulzura personificada
María es muy dulce y siempre habla muy guapo como es ella.
Jorge -el músico del grupo: A él le gusta mucho la música heavy y
tenía un grupo de este tipo de música, él tocaba la guitarra.
Este día fue inolvidable para mí, era el primer partido que jugaba en serio y estaba esperando a mi contrincante, el cual vi aparecer con su séquito por la pista 1 de mi club y llevaba una bolsa colgada en su hombro. Jugamos en la misma pista por la que lo vi aparecer con sus 2 entrenadores, traía la mirada perdida y todo tipo de accesorios, muñequeras para ambas manos por lo que yo deduje que usaría el revés a dos manos, cinta para el pelo y una rodillera en su pierna derecha. Nos despojamos de la ropa sobrante, es decir nos quedamos con pantalón corto, camiseta y nos dirigimos cada uno a un lado de la pista. Después de pelotear, ambos nos acercamos a la red para sortear quien empezaba sacando y quien elegía lado de la pista. A mi me daba igual el lado como era un día nublado, no molestaba el sol y yo quería empezar sacando. Así pasó pues sorteamos y gané yo eligiendo sacar.
Empecé sacando, como había practicado en infinidad de ocasiones potente, ajustado a la T y él la toco pero lo hizo con la caña 15/0, en el 2º servicio lo hice más blandito por lo que me la devolvió a un sitio inalcanzable para mí 15/15. El tercer punto que puse en juego, lo hice con un saque liftado hacia su lado derecho o sea hacia fuera de la pista, me lo devolvió pero con un golpe muy blandito ya que fue hacia el centro de mi pista donde no tuve contemplaciones, la golpee fuerte fuera de su alcance 30/15. El cuarto punto fui un poco más rápido, hice un saque directo 40/15, mientras en el siguiente punto traté de hacer lo mismo pero me estaba esperando. Me hizo una dejada a la que no llegué por más que corrí 40/30 y en el siguiente punto hice un saqué ni fuerte ni flojo y él me respondió con su revés a dos manos, la bola era muy blanda mientras que yo vi mi oportunidad, me fui hacia la red y con mi drive coloqué la pelota fuera de su alcancé. Cuando realizaba este tipo de golpes sentía un torrente de emociones todas muy agradables, 1/0. Hicimos el cambio de pista y nos sentamos los dos, para tomar nuestra bebida energética. Yo no tomé nada ni agua mientras que él sí pero se levantó rápido y yo con él, nos dirigimos cada uno hacia su lado, al revés del punto anterior. Sacaba él, me sorprendió porque me lanzó la bola con mucho efecto y no llegué 15/0. En el siguiente punto estuve prevenido y me coloqué para soltarle un golpe fuerte a la pelota que envié fuera de su alcancé 15/15. En el tercer punto de ese juego, me sorprendió porque sacó muy blando solo tuve que cruzarla para ponerla lejos de él 15/30. Ahora si que me dejó estupefacto porque no sé que hizo pero sacó de una manera perfecta, un golpe plano al rincón 30/30 y en su quinto servicio lo hice una dejada que no llegó 30/40. Pensé ahora me va a sacar a mi revés y me preparé para ello dejando la T al descubierto pero acerté pues me sacó al revés donde estaba yo esperándolo y golpee un drive paralelo, 2/0. Volví a sacar yo en el tercer juego, hice un primer servicio que parecía un segundo y él solo tuvo que cruzarla para ponerla fuera de mi alcance, me desconcentro rápido 0/15. Esto fue a más, él solo puso en la pista sus golpes y no acerté ninguno de mis golpes dentro de la pista, 2/1. Era la segunda vez que empezaba a sacar y a metió todos sus golpes, 2/2. Me tocaba sacar y empecé fuerte, poco concentrado pero fuerte ya que las veces que conseguía responder alguna, me la dejaba en el centro de la pista y blandita, yo solo tenía que colocar la bola fuera de su alcance, 3/2. Le tocaba sacar a él, haciendo todo lo posible por ganar algún punto y me puse en mi sitio porque en este juego, hize uso de todo mi potencial. En el primer punto, me venía a mi revés y parecía que iba a golpear fuerte a la bola e hice una dejada que me salió a la perfección, 0/15. La segunda vez que sacaba, lo hizo potente y le resté más potente todavía, 0/30. En este turno, hizo doble falta, 0/40. En el cuarto punto, falló el primer servicio y estuvo forzado a no fallar porque si no el juego sería mío, sacó muy blando, a sabiendas de ello, me coloqué buscando mi drive, entonces sí golpee fortísimo a la bola, lástima que se me fue por escasos centímetros, 15/40. En esa ocasión, me preparé para restar con mi derecha, él que me vio me la mandó con efecto hacia fuera de la pista, no llegué 30/40. En el sexto punto, me sacó al revés y me acordé que durante los entrenamientos practicaba ese tipo de puntos, hacía una dejada cruzada y gané ese juego, 4/2. En el séptimo juego, empecé sacando y fallé el primer servicio por lo que tuve que jugar con el segundo; él la golpeo muy fuerte pero hacia el centro de la pista pero ahí estaba yo esperando y me dio tiempo a colocarme para darle con la derecha entre la fuerza que traía la bola, la que yo le di a ella y colocando un poco, la puse fuera de su alcance 15/0. En el segundo punto, acerté con el primer servicio y no la devolvió, 30/0. En el tercer punto de ese juego, saqué y estuvimos peloteando asegurando. Ninguno de los dos queríamos perder ese importante punto, hasta que vi una bola a media pista y me fui hacia la red donde él me hizo un globo perfecto al que no llegué, 30/15. Al cuarto punto de mi turno de saque, hice saque y volea, 40/15. Estaba muy concentrado, volví a sacar hacia fuera con efecto y no llegó, 5/2. En el siguiente juego, restaba y viendo la ventaja que tenía en el marcador me puse a restar muy agresivo, es decir siempre dentro de la pista.0/15, 0/30, 0/40, 15/40 y juego. Gané el primer set. Para mí, jugar a tenis es una fábrica de adrenalina. Mejor dicho era.
Ya pondré como acabó este partido.
Prácticamente, hace unos 20 años conocí a una doctora especializada en neuropsicología que me abrió la mente de una manera más que perfecta, la conocí por casualidades de esta vida. Supe del sitio que trabajaba de la manera más casual, escuché a un trabajador de ese hospital que estaba ingresado, hablar de que iban a abrir un centro especializado en daño cerebral, me convencí de que yo tenía que conseguir ir a este centro.
Para ello, hablé con este fisioterapeuta para que me diese el teléfono para ponerme en contacto con este sitio, me lo dio, hablé y concerté una cita, 15 días después.
Un par de semanas más tarde, llegó ese día en el cual me dieron cita para valorarme. Cuando llegué me hicieron valoración de fisio, de logopedia y de neuropsicología, es aquí donde quiero poner todo el foco de mi atención; era una señora que me hablaba super bien, sus palabras me sonaban a música celestial y siempre sabía lo que quería, a veces conocía más cosas de mi que yo mismo.
Cada vez que iba a la sala de neuropsicología, su sala y entraba pensando de una manera, casi siempre cabreado y salía suave como la seda. Me hacía cambiar la perspectiva con la que miraba las cosas. Me ayudó con todo mi cerebro y cambió cosas, desde mis emociones hasta mis percepciones.
Nos conocimos por medio de un amigo suyo, un fisioterapeuta y conocido mío, con el que cuando éramos jóvenes practicábamos tenis pero eso lo contaré otro día. Ahora centrémonos en María, la logopeda que ha estado conmigo los últimos años de manera temporal pero ella no fallaba nunca, lo hacía yo. Me daba dos terapias, la logopedia que como comprenderéis es una de las cosas que más necesito y la emocional, por otro lado ya que me ofreció su más sincera amistad. Cuando venía a mi casa, a darme logopedia hacíamos eso y además, nos reíamos mucho porque es muy simpática y agradable.
Era mayo de hace más menos 10 años y Héctor, el fisioterapeuta que venía a darme tratamiento de fisio a mi casa, me dijo: — ¡¡se acercan las fiestas!! — y yo recordaba lo bien que me lo pasaba en estas fiestas pero como en ese momento no tenía con quien ir pues me era indiferente. Él, en sus ganas de ayudarme me ofreció el salir una tarde-noche con él y sus amigos. A mi me apeteció mucho y salí con ellos. Me presentó a sus amigos y entre ellos había muchos jóvenes, Pues resulta que María es una de las amigas de su novia y ahora mujer mientras hablando con ellos escuché que María era logopeda, a mi se me encendieron las bombillas y la dije: — tenemos que darnos los teléfonos pues como verás yo tengo necesidad de un logopeda y ella me contestó: — no, si ya me di cuenta.— Eso hicimos, nos dimos los números. Nos hicimos buenos amigos.
A la semana siguiente, la escribí por wasap que teníamos que quedar un día y ver si la interesaba estar conmigo, 30 segundos tardó en responder con un ok.
Quedamos dos días más tarde, llegó esplendorosa como es ella y con un bolso colgado en el hombro donde traía todo lo necesario para comenzar a tratarme. Me estuvo valorando y vio en que puntos debía de hacer un mayor hincapié, vio que mi punto débil era y sigue siendo la respiración. También, me dijo que no podía descuidar el movilizar todos los músculos de la cara. Después de valorarme, hablamos y quedamos en que empezaríamos con un par de días a la semana.